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El Ave

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  " Mientras camino te veo pasar. Eres parte de una bandada. Tu y otras tantas vienen quien sabe de donde, yendo vaya a saber tu a que lugar. Seguramente me has visto, solo que para ti soy un pequeño punto, una mancha en el paisaje sin la menor importancia. Estoy fuera de tu mundo, fuera de tu realidad; tan insignificante que apenas soy una pincelada en el camino. Mis problemas, mis desdichas carecen de valor y, aunque los conocieras, te parecerían tonterías. Quizás deba aprender de ti y verlos como lo haces tú: desde lo alto, y sentirlos pequeños, insignificantes; como manchas. Cruza el cielo, ave viajera, ve el mundo desde lo alto y cuéntame hasta donde llegan las montañas. Siente el viento, bebe la lluvia y cántale tus canciones a la tempestad. Aquí seguiré y me veras a tu regreso. Quizás te acompañe en tu vuelo con la mirada y sonreiré porque ya se lo pequeño que habrás de verme, pero solo será hasta que aprenda a remontar vuelo y pueda ver los problemas desde lo alto como

Verte...

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    "Anoche volví a verte. Tantos años hacía que no se cruzaban nuestras miradas, pero al fin sucedió. No has cambiado nada, luces igual que hace treinta años, cuando te vi por última vez. Tu voz está igual de clara y mi nombre sonó a música al salir de tus labios. Mi corazón latió muy fuerte cuando levanté la mirada y te vi caminar hacia mi. Traté que no se notara mi sorpresa y te saludé de manera casual, como si nunca te hubiera extrañado, como si nunca hubiera llorado por ti. Luego tu figura se diluyó entre la gente, los colores se mezclaron con las sombras y te vi irte hacia el pasado. No intenté seguirte, solo di media vuelta y me alejé. Subí las escaleras sabiendo que cada peldaño me acercaba más a la luz del día. Al ver el sol a través de la ventana lo hice con una sonrisa. Me gustó verte una vez más aunque fuera solo en un sueño."  "I saw you again last night. It had been so many years since our eyes met, but it finally happened. You haven't changed a bit,
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    Ella (Cuento) Por Claudio M. Sciarra (Blogmaster de Cartas sin Destino) El doctor se reclinó sobre su silla y esta emitió un leve rumor a madera crujiente. No fue un ruido fuerte, pero en el silencio de la sala de hospital sonó como el retumbar de un trueno que inicia una tormenta. Se apoyó sobre su escritorio y observó la carpeta abierta sobre el. Era una historia clínica. Resultados de pruebas, análisis, notas, opiniones, todo estaba allí. La fotografía del paciente estaba prendida con un clip de alambre plateado. Se veía a un hombre de mediana edad, no más de cuarenta, poco cabello, rostro serio y casi formal; usaba saco y corbata. Levantó la vista del escritorio y miró hacia el otro lado y allí estaba él pero no parecían ser la misma persona. Estaba casi calvo, con ojeras marcadas, mirada perdida y dura. El derrame que tenía en su ojo izquierdo no mejoraba el conjunto; tampoco el hecho de que sus manos estuvieran atadas con correas a la silla de ruedas.   Volvió a mirar l
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Un Día (Cuento) por Claudio M. Sciarra (Blogmaster de Cartas sin Destino)   Trabajar en el sistema penitenciario no es nada agradable. Uno nunca sabe como es que termina metido en un trabajo como este. Se cursa una carrera, luego se especializa en algún área y por fin se sale a buscar un empleo. La tarea nunca suele ser fácil, y ocasionalmente, uno se topa con alguna vacante como esta. Se ponen en la balanza los pros y los contras. Al final se suele terminar aceptando porque cuenta mucho la estabilidad al ser un trabajo para el Estado, el pago no es malo..., en fin, se hace la idea uno que es algo temporal mientras se encuentra algo mejor, pero aquí me tienen, veinte años mas tarde y no he encontrado algo mejor. Lo malo de mi trabajo es que no podría irme de un día para el otro como quien da un portazo y sale muy campante. Tengo deberes y obligaciones que no se pueden abandonar. Tengo pacientes aquí. Soy psicólogo y trabajo para el penal de..., bueno, no importa mucho donde. Sentar

El Puente (Un cuento de Navidad)

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    El Puente Un cuento de Navidad por Claudio M. Sciarra (Blogmaster de Cartas Sin Destino)    El hombre caminaba por el callejón desierto con las manos en los bolsillos del chaquetón de cuero. Miró en derredor y le pareció increíble estar allí y no disfrutarlo. Había llegado hacía ya una semana. Era su primera visita a Europa. Viajó junto a un equipo de gente de la editorial y todo resultó casi perfecto. Por su última novela fue nominado a un premio de la Asociación de Escritores, eso de por si era un gran logro, y lo había ganado; cuando volviera a su tierra el galardón iría en su maleta. Muchas veces soñó con eso y para él era nada mas que una utopía, pero ahora que era realidad se sentía menos feliz que cuando antaño imaginaba haberlo ganado, y no sabía por que.             La ciudad brillaba con luces multicolores. En las azoteas de los edificios mas altos   titilaban arreglos de luces y de las construcciones bajas colgaban guirnaldas. En los postes de cada semáforo una

Espérame

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"Espérame en un recodo del destino, que quizás él quiera que nuestras miradas se crucen cuando otros tiempos surquen otras vidas. Es que el destino tiene sus misterios y caprichos que nadie logra entender. ¿Por qué uno se enamora de quien no te quiere? Si tu felicidad te aleja de mi, entonces tu cielo será mi infierno. No me basta con saberte feliz. Puedes llamarme egoísta, pero quisiera ser parte de tu cielo y que tu felicidad sea a mi lado, pero no es así. La vida no suele ser justa. Incluso la justicia es una palabra tan incierta y vaga que no se llega nunca a interpretar con certeza. Lo que para mi es justicia, tal vez sea dolor para otros. Y lo que para uno sea un derecho ganado, puede que para mi sea un castigo eterno. O tal vez la justicia y la injusticia no hayan existido nunca y sean solo una creación del hombre para nombrar a ese destino caprichoso que no podemos comprender; y todo suceda porque así deba pasar. Puede que debamos aprender a apartar la mirada y olv

Tú...

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"No sirven las bebidas y pócimas para enamorar. Me han dado varias, y algunas incluso las he tomado a sabiendas, pero todas las veces ocurre lo mismo: siempre apareces tú." "Don’t work drinks and potions to fall in love. I have been given several, and some times have even taken them knowingly, but every time the same thing happens: always I fall in love for you." Del Cuaderno "Cartas Sin Destino" De William Silver Green